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La Navidad Mágica
de Gran Canaria

SANDRA FRANCO ÁLVAREZ

En un lugar del mundo…

Querido Santa, Me llamo Sara, tengo 8 años y vivo en Gran Canaria. Esta vez no pediré juguetes o golosinas en mi carta. ¡Ojalá que todas las personas del mundo entero puedan disfrutar de la Navidad!

Quiero que sepa que es mi superhéroe favorito. Siempre he deseado verle, pero este año más que nunca. Me gustaría recorrer Gran Canaria en su trineo para enseñarle desde ahí arriba los tesoros de mi isla. Este viaje será como una gran fiesta porque los vientos alisios, la brisa marina y las estrellas fugaces nos guiarán durante todo el trayecto. ¡Ay, Santa Claus! ¡Qué ilusión me haría! Pero igual le estoy pidiendo algo imposible…

Con cariño, Sara.

Posdata: No baje por nuestra chimenea. Conduce al horno y se podría quemar.

La Navidad mágica de Gran Canaria

Tras leer la carta de Sara, Papá Noel se queda pensativo. Su saco mágico está listo para emprender viaje. También lo está su trineo volador, capitaneado por el reno Rodolfo, que tiene la importante tarea de iluminar el camino con su nariz roja y brillante.

Después de tan duro pero reconfortante trabajo, el trineo de Santa Claus, impulsado por los Alisios, llega hasta Gran Canaria. Santa está loco por quitarse el gorro y las botas. Y dice para sí: “¡Menos mal, estaba helado!”

Sara se despierta con los pasos de “un gigante silencioso” y camina de puntillas.

Se pregunta si es real o fruto de su imaginación lo que tiene ante sus ojos. Pero no, esta vez Papá Noel ha hecho una excepción.

Santa invita a la niña a montar en el trineo que, a su paso, deja una estela de ilusión, tan grande, que hasta las estrellas fugaces bailan en el cielo.

De pronto, Sara señala algo parecido a un desierto que termina en el mar. Le cuenta a Papá Noel que hasta Las Dunas de Maspalomas llegan viajeros de todos los rincones de Europa a sumergir sus manos y pies en la arena calentita.

También desvela uno de los mil secretos de esa orilla: al caer la tarde se pueden leer un montón de mensajes que dicen lo mismo, “Quiero volver a Gran Canaria”.

Ya en las mismísimas entrañas de la isla, la niña y Santa saludan a dos gigantes de piedra, El Nublo y El Bentayga. Son a la vez guardianes e hijos del volcán.

De pronto, las fosas nasales del señor Claus aletean gráciles como pinzones azules rendidas al olor a castaño, a pinar, a retamas… ¡Y no te cuento de la orquesta que suena en sus tripas por culpa de los dulces de almendra!Pero lo de la pecera gigante y sin cristales, deja con la boca abierta a Papá Noel.

Sara cuenta que cada navidad llegan a la Playa de las Canteras escultores de todas partes para crear con ilusión el Belén de Arena. Además, podemos contemplarlo en mangas de camisa, o después de darnos un buen chapuzón. Hasta los burgaos y caballitos de mar salen de sus escondites para verlo.

Hacia el final de este viaje, Sara le habla a Santa de los perros que vigilan la Plaza de Santa Ana. Y su secreto: no son perros de verdad, pero como si lo fueran. Y es que han sido testigos de tantas historias como este lugar, anhelado por feroces piratas y corsarios.

Sara propina un beso dulce como el bienmesabe a Santa Claus y le promete que lo esperará cada navidad; él le pide a ella que no deje nunca de soñar.

Desde entonces cada Nochebuena, tras cumplir con su importante tarea, Santa Claus prepara sus maletas para irse de vacaciones con la señora Claus a Gran Canaria.

Hay quien dice que lo ha visto tomando el sol en la Playa de las Canteras.

¡Ahora ya sabes por qué Santa tiene siempre la nariz tan colorada!

Sandra Franco Álvarez

Foto: Carlos Díaz – Recio

SOBRE LA AUTORA

Sandra Franco Álvarez

Natural de Las Palmas de Gran Canaria, Sandra Franco se da a conocer en la literatura para niñas y niños, desarrollando una obra extensa, con mucho éxito. En sus cuentos teje historias que mezclan paisajes de sus islas con la ecología, los derechos humanos, la amistad. Tras esa etapa primera, se reinventa y sorprende dando el salto a público adulto, con dos novelas, una saga histórica que comienza en ‘El Reloj de Elwinga‘, y continúa con ‘Has regresado, viejo amigo‘. Sandra forma parte de la ‘Constelación de Escritoras Canarias’. Ha sido ganadora del concurso de Cuentos Solidarios de Fundación Mapfre Guanarteme.